El especialista en neurología infantil Víctor Ruggieri aclara la falta de evidencia científica que vincule el uso de paracetamol en el embarazo con el autismo, tras las polémicas declaraciones del actual presidente de EE.UU.
Tras el reciente anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió una relación entre el uso de paracetamol en el embarazo y el desarrollo de autismo, el neurólogo infantil Víctor Ruggieri calificó estas afirmaciones como “desafortunadas” y “peligrosas”. En una entrevista con Comunidad Inclusiva, Ruggieri enfatizó la necesidad de basarse en la evidencia científica para no generar miedo y desinformación en la población, especialmente entre las mujeres embarazadas y los padres de niños con autismo.
El peligro de las declaraciones “sensacionalistas”
Ruggieri expresó su preocupación por la rapidez con la que los medios de comunicación difunden información sin profundizar ni contrastar las fuentes. Sostuvo que este tipo de declaraciones, provenientes de figuras públicas, “generan un golpe muy fuerte” y “muchas dudas en la población”, sembrando temores infundados. El neurólogo aclaró que, aunque existen trabajos de investigación que buscan identificar posibles relaciones entre medicamentos y el autismo, “no hay nada demostrado hasta el momento de que el paracetamol tomado durante la gesta por las madres le genere la posibilidad de que un niño o niña tenga autismo”.

Evidencia científica y factores de riesgo
El especialista subrayó que la comunidad científica, incluyendo la Asociación Americana de Psiquiatría, ha condenado la falta de evidencia en las afirmaciones de Trump. Ruggieri señaló que existen muchos factores de riesgo que sí se han asociado al autismo, como las infecciones en el embarazo, la edad paterna, la prematuridad o el bajo peso al nacer. “Simplificarlo al paracetamol es olvidarse por qué se tomó, por ejemplo, el paracetamol”, explicó, refiriéndose a que la causa real podría ser una infección o un cuadro febril que motivó el uso del analgésico, y no el medicamento en sí.
Un llamado a la responsabilidad y a la confianza en los médicos de cabecera
El Dr. Ruggieri hizo un llamado a la cautela y a la confianza en el criterio de los médicos de cabecera. Advirtió que la desinformación puede llevar a decisiones peligrosas, como suspender el uso de un medicamento necesario para tratar una infección, lo cual podría tener consecuencias mucho más graves para la madre y el feto. “Siempre hay que referirse a su médico de cabecera, al clínico, y él le dirá exactamente lo que tiene que tomar”, afirmó.
El especialista también se refirió a otras afirmaciones sin base científica, como la supuesta relación entre las vacunas y el autismo, o la existencia de tratamientos milagrosos. “Las vacunas se ha demostrado que no generan autismo”, enfatizó, y recordó que la evidencia científica se basa en estudios revisados por pares y resultados que pueden ser replicados por otros investigadores.
“Lo que pasa que esto desarma a la gente porque también hablaron de un tratamiento con leucovorina que curaría el autismo. No hay estudios tampoco definitivos respecto de esto”, afirmó el especialista. “Hacen falta estudios en profundidad, con población aleatoria, doble ciego, etc, para obtener una conclusión respecto a la utilidad del uso del fármaco”.
“Hay que ser respetuoso”, concluyó Ruggieri, “hay todo un método científico y un grupo de gente que trabaja el autismo, que investiga desde hace años. Es un trabajo intensivo, que desgasta y que no ofrece curas milagrosas, sino tratamientos basados en la evidencia científica para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA”.


